Dado que, en la realidad, nos encontramos con operaciones de compra venta de empresas cuya complejidad y particularidad no necesariamente encajaría en alguno de los dos mecanismos típicos de cierre de acuerdos de compra venta de empresas: (i) cierre de cuentas, y (ii) caja cerrada. En la práctica, como estrategia para gestionar y mitigar el riesgo económico de la transacción, puede estructurarse un mecanismo híbrido que combine ambos mecanismos, aprovechando sus características, y ventajas y desventajas.
Es decir, en un contexto de pandemia COVID-19, la transferencia de riesgo y rentabilidad en un proceso de compra venta merece especial atención y gestión, dado que abundan los riesgos y la posibilidad de que una rentabilidad aceptable sea cada vez menos posible de alcanzar, porque pueden ocurrir eventos o medidas específicas que son imprevisibles durante dicho proceso.
Ante esta situación, la justificación de combinar los dos mecanismos de cierre de acuerdos de compra venta se hace imprescindible. El mecanismo resultante de la combinación es uno de tipo híbrido, que se genera cuando en una parte de la operación, se aplica el mecanismo de caja cerrada, que puede ser por ejemplo a la fecha de caja cerrada, con la finalidad de transferir el riesgo y la rentabilidad al comprador; mientras que en otra parte de la operación, que puede ser por ejemplo entre la fecha de pago inicial (a fecha de caja cerrada) y la fecha de cierre del acuerdo de compra venta, se aplica seguidamente el mecanismo de cierre de cuentas.
Sin embargo, vemos que la estructuración del mecanismo hibrido presenta matices, dado que la pandemia de COVID-19 ha derivado en el cierre de instalaciones, la interrupción de las operaciones comerciales y el deterioro de la demanda, lo cual ha generado muchos riesgos, incluso reducción de capacidad de fondeo de los compradores.
La combinación de mecanismos bajo este escenario de riesgos puede derivar en una estructuración en la cual, por ejemplo, las partes acuerdan garantías bajo el mecanismo de caja cerrada, para permitir ciertos niveles de endeudamiento extraordinario, ajeno al curso normal del negocio de la empresa objetivo. En estos casos, el comprador debería ser siempre compensado por cualquier aumento adicional en la posición financiera neta de la empresa objetivo.
La estructuración también puede comprender el caso en el que el comprador prefiera utilizar el mecanismo de cuentas cerradas ya que el riesgo puede transferirse más adelante en el proceso y los estados de situación financiera de la empresa objetivo podrían no ser lo suficientemente sólidos o confiables para un mecanismo de caja cerrada durante una época de pandemia como la que estamos viviendo.
La misma perspectiva de riesgo por la pandemia también es válida para el vendedor bajo el mecanismo de cuentas cerradas, dado que asume el riesgo de deterioro del valor de la empresa objetivo que transfiere. En estos casos, el mecanismo de caja cerrada sería más favorable para el vendedor ya que el precio se fija y el comprador asume el riesgo de intereses comerciales.